Carros y Carretas




El ómnibus 
Fotografía de Luis González de la Huebra. Principios del siglo XX

El ómnibus fue un tipo de carruaje más cómodo que la diligencia, pero menos resistente en los largos viajes. Aunque los hubo de gran capacidad de pasajeros, que cubrían líneas regulares, fundamentalmente en el interior de las grandes ciudades, lo normal era que tuvieran una capacidad de seis u ocho personas más otras dos en el pescante. Tenían caja rígida con ventanas provistas de cristales. El acceso a la misma se efectuaba por la parte posterior del coche y sus asientos eran transversales. El ómnibus de la imagen disponía de un pescante cubierto por una pequeña capota de cuero, "la capucine". Las maletas o paquetes se colocaban en el techo protegido por una pequeña barandilla y a veces se cubrían con una malla fina para evitar la pérdida de los mismos. Este tipo de coche fue inicialmente utilizado para el servicio de grandes casas, pero pronto pasó a ser utilizado en empresas privadas, hoteles y, fundamentalmente, en el transporte público, con el que prácticamente acabó identificándose hasta el punto que el reglamento salmantino de carruajes de 1897, en su capítulo primero sobre coches de alquiler, definía ómnibus como "todos los carruajes que con dos o más caballos, admiten más de cuatro asientos, que se destinan a la conducción de viajeros y equipajes a la estación de ferrocarril, romerías y otros servicios públicos". En efecto, en Salamanca cubrieron especialmente el trayecto entre la estación de ferrocarril y la Plaza Mayor dando servicio a la mayor parte de las fondas y hoteles de la ciudad. Además, cubrían algunas líneas regulares a poblaciones cercanas de la provincia y efectuaban múltiples servicios, como el desplazamiento a la romería de la Salud de Tejares, las visitas al Prado Panaderos durante las ferias y fiestas para ver el ganado lidiado en las corridas de toros o el propio transporte de los toreros a la plaza de toros. También podían ser alquilados para viajes cercanos y excursiones. Hubo en nuestra ciudad conocidos propietarios y conductores de ómnibus como la familia Hernández, nombrados todos con el alias "Canario" y talleres especializados en su construcción y mantenimiento como el de D. Vicente Bomati y sucesores en la calle de Zamora 57 y 59, fundado en 1860.

La imagen del ómnibus, con la plaza de toros de la Glorieta al fondo, debe de corresponder a principios del siglo XX, años en los que el propio autor de la fotografía, don Luis González de la Huebra, se encargaba de la gestión de la plaza de toros. Esta fue construida al amparo de unos 200 comerciantes e industriales salmantinos, entre ellos D. Luis, que buscaban revitalizar el comercio de la ciudad, no sin la oposición de algunos sectores contrarios a la llamada "fiesta nacional", ya que la polémica sobre los toros no es, precisamente, actual. El diseño, dentro del eclecticismo, fue obra del arquitecto D. Mariano Cardera con la participación del Ingeniero de obras públicas Sr. Gumersindo Canals en la configuración de los planos de situación, al encontrarse la obra entre dos carreteras. Estuvo dirigida por el multidisciplinario D. Cecilio González Domingo y construida por los maestros de obras D. Agustín Sánchez Pérez y D. Tomás Pierna. Su inauguración tuvo lugar el 11 de septiembre de 1893.

El ómnibus de tracción animal acabó desapareciendo por la fuerte competencia del ómnibus automóvil, el autobús. Este operó en nuestra provincia, aunque tímidamente, al menos desde principios de 1907.

© C.H. fc 17/10/16 Rev. 00



Amigos de Luis Gonzalez de la Huebra en calesa, Luis Gonzalez de la Huebra

Vehiculo de Servicio Público, el landó circula por la calle del Prior hacia 
la Plaza Mayor, foto Venancio Gombau. Según Enrique de Sena nunca hubo 
en Salamanca una flota numerosa de coches de alquiler a fines del s.XIX, parece
ser que nunca se rebasó el número de cuatro, habiltandose algunos más en ferias.
Fotografía de Venancio Gombau.

Coches en San Esteban, 1914

Carruajes ante el bar Centro en la Plaza de la Lonja,6 (actualmente Plaza Poeta Iglesias)

Carro en la plaza del Poeta Iglesias al fondo la plaza
del Peso, Luis González de la Huebra



Soportales del Mercado. 1925. Coches de Alquiler

facebook· 23 de febrero 2015
Niños posando ante una berlina de alquiler en los soportales de San Antonio (plaza del Mercado) en 1925.
Pocos fueron, según Enrique de Sena, los coches de alquiler que prestaron su servicio en la Salamanca de fines del siglo XIX. Nunca pasaron de 3 o 4, habilitándose algunos más durante las Ferias. La parada habitual de estos coches, llamados "de punto", fue durante muchos años la Plaza Mayor.
Con la llegada del nuevo siglo, el aumento de población y actividad provocó un incremento en el número de coches de alquiler. Por razones higiénicas fueron retirados de la Plaza Mayor en 1916 y acogidos en varias paradas en otras tantas plazas cercanas (aunque nos tememos que los animales seguirían haciendo "sus cosas" en los nuevos emplazamientos). Una de estas nuevas paradas fue la plaza del Mercado.
Hasta mucho después de la Primera Guerra Mundial, los tradicionales coches de caballos convivieron con los nuevos taxis a motor, siendo algunos de los nuevos taxistas, antiguos propietarios de caballerías reconvertidos. 
Sus desventajas frente a los auto-taxis, acabó por hacerles desaparecer.


Carro de carga en la calle Azafranal, Guzman Gombau

Carro de carga en la Plaza Mayor, Guzman Gombau

Carruaje de pasajeros en la calle Azafranal, Guzman Gombau

Carro de la basura en la Plaza Mayor con niebla 1955, José Nuñez Larraz