Avenida de la Alamedilla


La Alamedilla en el plano de 
Dominguez Chaves basado en Francisco 
Coello de 1858 y en 2015













La reforma del parque de la Alamedilla y el mercado del Ángel
Fotografía de Guzmán Gombau, 1963.


D. Guzmán Gombau realizó esta fotografía durante la reforma que en el año 1963 se realizó en el parque de la Alamedilla. Aquella reforma configuró la estructura que perduró en el parque los siguientes cincuenta años y que aún se percibe tras la última renovación de 2015. A pesar de que el estanque, con su pajarera, la pérgola central, el auditorio, las esculturas de Casillas, el minizoo, las piscinas y sobre todo el parque infantil de educación vial, con su teatro y su biblioteca infantil, fueron elementos muy importantes en la reforma, el mayor acierto de la intervención, sin lugar a dudas, fue la apertura del parque a la ciudad, derribando el muro y la verja que le aislaba y sustituyéndolos por setos intermitentes, desapareciendo las puertas y garantizando así su integración urbana.

En la imagen, al otro lado de la calle se perciben tres edificios que no existen hoy en día. El de la derecha, desde el punto de vista del observador, fue construido en 1929 en estilo ecléctico por don Joaquín Secall. El edificio, entonces en la avenida de Canals, 11 y 13, fue encargado por sus propietarios don Primo Garrido y don Luis García Romo como vivienda, a pesar de su apariencia de palacio, y conserva en la actualidad su fachada integrada en la del hotel Alameda Palace inaugurado en 2003. El de la izquierda es el viejo edificio del mercado del Ángel que en ese momento ejercía funciones de Almacén de Hierros y Coloniales.

El Mercado del Ángel fue construido por el abogado y constructor D. Ángel Borrego de Dios en 1908, era un edificio que, sobre un solar de 400 m2, disponía de dos plantas con la superior formada de tres galerías. Iba a ser el primer mercado cubierto inaugurado en la ciudad, ante el retraso que padecía la obra del Mercado Central de Abastos que el Ayuntamiento construía en la plaza de la Verdura (Plaza del Mercado) desde 1899. Con razón o sin ella, el Municipio puso desde el principio muchas trabas a su apertura inicialmente prevista para octubre de 1908 y que finalmente se realizó el 1 de enero de 1909, sin la debida licencia de apertura municipal ante la tardanza en su resolución. Inmediatamente, la licencia fue denegada aludiendo a razones de seguridad y sanitarias, lo que privó al mercado de captar suficientes arrendatarios para sus puestos. Esta situación inició un largo pleito resuelto a favor de D. Ángel seis meses después. Para entonces, el Mercado Central de Abastos ya había sido inaugurado y el mercado del Ángel no logró captar a los vendedores de la ciudad, que sin duda prefirieron un lugar más céntrico y sin la inseguridad de las licencias administrativas. Solo un año después de su apertura, fue cerrado y posteriormente vendido. Este negocio y quizás otros llevaron a D. Ángel Borrego a la ruina, que a principios de 1910 pretendió fijar su residencia en Argentina, sin que sepamos con seguridad si lo consiguió puesto que al año siguiente, el 25 de julio de 1911, murió en Salamanca por causas que también desconocemos.

El edificio del centro, fue construido como edificio de viviendas también por D. Ángel Borrego simultáneamente con el mercado del Ángel. Ambas construcciones fueron derribadas en los años 70.


© C.H. fc 05/10/15 Rev. 00




Construcción del Pabellón Municipal de Deportes de la Alamedilla 
1963-1964 (s.d.)


La escena, con un camión Pegaso y un seiscientos circulando por la Avenida Pérez Almeida, hoy Comuneros, parece propia de los años 60. 
El Parque infantil de Tráfico, transitado por algunas personas en la imagen, fue inaugurado el 12 de noviembre de 1963, encuadrado dentro de la reforma del parque de la Alamedilla llevada a cabo con un proyecto de D. Antonio García Lozano que remató una reforma parcial de D. Amando Diego Vecino. Por el contrario, el Pabellón Municipal de Deportes se encontraba en construcción. Se estaba levantando con un proyecto de D. Amando Diego Vecino, en el que también intervino D. Antonio García Lozano como director de obras, y no se inauguraría hasta el 16 de junio de 1964. 
Por tanto, la imagen parece corresponder con algún día del invierno de 1963-64. 

El Pabellón Municipal de Deportes de la Alamedilla fue inaugurado con el nombre de Pabellón Municipal de Deportes Otero Aenlle en honor del que fuera Gobernador Civil y jefe provincial del Movimiento entre 1961 y 1968. Este gallego, doctor en Farmacia y Licenciado en Ciencias Químicas, de indudable valía científica, volvió a sus quehaceres universitarios tras haber sido alcalde de Santiago de Compostela, Gobernador Civil de León y de Salamanca. 
Situado frente a la entonces Escuela de Maestría Industrial, que había nacido en 1930 como Escuela Elemental de Trabajo y mutado en la actualidad en IES Martínez Uribarri, el edificio ocupó el espacio de un campo de un fútbol anterior que junto con una pista de cemento, que hoy estaría situada aproximadamente en el patio del Colegio Rufino Blanco y en la que se celebraban fundamentalmente encuentros de hockey sobre patines y veladas de boxeo, constituían el grueso de las instalaciones deportivas municipales de la época.
El pabellón se inauguró dentro de la programación de los Festivales de Primavera, un festival artístico y cultural coincidente con las fiestas de San Juan de Sahagún, precedente del Facyl, con una competición internacional de hockey sobre ruedas, deporte que contaba con mucha afición en Salamanca, hoy prácticamente perdida. 
En 1986 fue totalmente remodelado su interior y parcialmente en el exterior según proyecto de D. Fernando Bueno y no hace muchos años se planteó su derribo y sustitución, aunque finalmente no se llevó a cabo.


© C.H. fc 16/06/16 Rev. 00



Parque infantil de la Alamedilla. 1966

"Tiempos de amigos, de risas, de golpes y de juegos. 


Tiempos de monos obscenos en la pajarera del estanque, de jaulas de faisanes, de perdices, de raras especies de gallinas, de ciervos y de conejos de indias. Tiempos de guardas con uniforme de paño verde y sombreros de fieltro gris. Tiempos de presumidos y mal encarados pavos reales de pecho azul. Tiempos de barquillos sorteados y de helados mantecados. Tiempos de frías y pulidas estatuas de mármol negro y de coloridos 'dibus' de la tele. Tiempos de paternales paseos estivales, de parejas en casto celo y de abuelos batalleros. Tiempos de interminables colas en la piscina, en los columpios, en los toboganes y en las fuentes. Tiempos de cisnes negros y de cisnes blancos, de palomitas, de gusanitos y de patos. Tiempos de brincos en el tren de hormigón, de bajar por su pequeña chimenea y de volver a empezar. Tiempos de laberintos de tubos metálicos, de girar norias y de elevar palancas. Tiempos de cuentos y de tebeos. Tiempos de 'patis', de gomas, de cromos, de pañuelos de tela y de pelotas de caucho. Tiempos de regaliz y de refresco...Tiempos de un tiempo interminable, que acabó."

facebook 21 de enero 2015





Parque de la Alamedilla. 1966




Se ha iniciado, en las pasadas semanas, la remodelación del centenario (ca. 1889) parque de la Alamedilla. Más que un cambio radical representa una puesta al día después del largo periodo de abandono sufrido. La estructura del parque, que con pequeños cambios perdurará, deriva de la exitosa reforma de 1963 en la que se le dotó de las señas de identidad que le han caracterizado durante los últimos cincuenta años. El estanque, con su pajarera, la pérgola central, el auditorio, las esculturas de Casillas, el mini zoo, las piscinas y sobre todo el parque infantil de educación vial, con su teatro y su biblioteca infantil. Aquella reforma abrió el parque a la ciudad, derribando el muro y verja que le aislaba, sustituyéndolos por permeables setos que hoy apenas sobreviven. Desde 1963, solo se han realizado algunos retoques, como el del año 1985 y sobre todo el de 1993 que afectó fundamentalmente al parque infantil que perdió gran parte de su extensión al albergar en su interior el edificio de las piscinas cubiertas y otras dependencias municipales, quedando degradado a simple zona de juegos. ¡Ya tocaba!
facebook 23 de enero 2015




Parque infantil de la Alamedilla
Tarjeta Postal gentileza de Dª B. R. Vázquez de Aldana


A finales del pasado mes de abril, tras su última reforma, fue reabierto el parque de la Alamedilla. La renovación se había convertido en una necesidad debido al deteriorado estado en que se encontraba a causa del paso del tiempo y la evidente falta de cuidados. A grandes rasgos, la intervención ha mantenido la estructura de la exitosa reforma de 1963, desapareciendo algunas zonas, como las jaulas del abandonado mini zoo y los restos del que fuera parque infantil de tráfico; creándose otras nuevas, más acordes con los tiempos que vivimos; o actualizando las demás, como el lago o la plaza central con su nueva fuente de inusitado éxito entre los pequeños (y no tan pequeños).
Modernizado en sus dotaciones e infraestructuras, el parque se muestra diáfano y luminoso esperando poder acercarse a los niveles de popularidad que alcanzó en los años 60 y 70 cuando era prácticamente el único de la ciudad. ¡El tiempo lo dirá!

Se han recuperado, a modo de homenaje a la reforma del 63, algunos dibujos de Hanna-Barbera y un facsímil del original arco de entrada al parque infantil. La fotografía permite reconocer la estructura primitiva del mismo: una ciudad en miniatura cuyas calles, cruces y glorietas estaban provistas con señales de tráfico y semáforos. Disponía de un paso a nivel que acompañaba al entrañable tren de hormigón en el que han jugado, y jugarán, varias generaciones de salmantinos, y hasta incluía un puente a modo de paso elevado. Todo había sido concebido para servir de recurso didáctico para la educación vial de los niños. En la postal se ven algunas de las instalaciones del parque infantil, como el teatro de guiñoles o la piscina infantil junto al pabellón de deportes, mientras que otras quedan fuera del encuadre, como la biblioteca infantil y el almacén de minicars. 

Permite también observar, en el horizonte cercano que rodea al parque de la Alamedilla, los inicios de los drásticos cambios urbanísticos que transformaron la fisonomía de la ciudad.

P.S. Al parecer, la chimenea del tren de hormigón ha sido tapada. ¡Es posible que sea peligrosa y que incumpla 10 o 12 normativas europeas! Pero, con cierta pena, no podemos menos que canturrear: "Si lo que quieres es vivir cien años….. ¡vacúnate contra el azar!"


© C.H. fc 01/10/15 Rev. 00


El parque de La Alamedilla y el colegio Rufino Blanco nevados
Fotografía de Alberto Pérez Rubio 1961



“¡Qué pena no tener en aquellos momentos un mínimo conocimiento de fotografía! Tendría 10 años y el poste de la luz que tapa el árbol da pena. Era muy alto, sólo hay que observar su tamaño y el de las personas. Era una pasada cuando estaba cubierto de hojas. Ahí mediamos cuan machotes éramos. Ya costaba subir a la horquilla porque era muy ancho y cuanto más subíamos más cuadrados los teníamos. Cuesta decir, más cuando no crees, que el ángel de la guarda existe porque no entiendo como no nos matamos alguno de nosotros.” (Alberto Pérez Rubio)


Así comentó esta imagen, al confiárnosla, el magnífico fotógrafo e impresor Alberto Pérez Rubio que la captó despuntando maneras ya en su tierna infancia.
Debía de ser el invierno de 1961 cuando La Alamedilla aún conservaba el aspecto de jardín cerrado que lució antes de someterse a la reforma que culminaría en el año 63.

La presencia del viejo colegio Rufino Blanco da un punto más de trascendencia a la, ya de por sí, testimonial fotografía debido a que son muy pocas la huellas gráficas que de este desaparecido edificio se conservan a pesar de sus más de 60 años de existencia.
Fue heredero de las decimonónicas escuelas públicas municipales, generalmente de carácter unitario salvo las dos escuelas graduadas dependientes de las Normales de Maestros y Maestras que dividían a los alumnos por edad y nivel, y tuvo el honor de ser el primer edificio construido ex profeso como escuela graduada en la ciudad.
Se levantó siguiendo los modelos oficiales establecidos para las escuelas graduadas por el Ministerio de Instrucción Pública en la primera década del siglo XX, modelos elaborados con planos del arquitecto Luis Domingo de Rute. A pesar de ello el edificio salmantino recibió numerosos retoques por parte del entonces arquitecto municipal Santiago Madrigal que afectaron fundamentalmente a los materiales empleados, piedra de Villamayor en la fachada, nivelaciones de terrenos y cierre del recinto. En este último negociado, el cierre del muro vallado que se aprecia en la imagen fue ejecutado en 1914 y en su interior hubo a mediados de siglo XX algunos árboles de morera cuyas hojas, recuerdan varios de nuestros interlocutores, eran muy apreciadas como alimento de los, en otros tiempos muy populares, gusanos de seda.
Fue inaugurado oficialmente el 9 de septiembre de 1911 en un acto simultáneo con una fiesta escolar organizada por la Junta Local de Primera Enseñanza que reunió a unos 1500 alumnos de escuelas salmantinas. El edificio estaba construido en una sola planta con sus pabellones en forma de H y una de sus alas más pequeña. Recibió el nombre de "Escuela Nacional Graduada de La Alamedilla", siendo cambiado por el de "Giner de los Ríos" el 16 de enero de 1933, durante la Segunda República, y por el de "Rufino Blanco", al iniciarse la Guerra Civil, según acuerdo municipal del 8 de septiembre de 1936, se da la circunstancia que el pedagogo, filólogo y periodista D. Rufino Blanco Sánchez fue fusilado en Madrid el 2 de octubre de ese mismo año.

Tras más de 60 años de actividad en el edificio, fue necesario, por su deterioro y en buena parte por la necesidad de cumplir con la nueva ley de educación de 1970, la construcción de uno nuevo. En 1973 fue cerrado y trasladado su alumnado a unas naves cedidas por la Caja de Ahorros en la zona del Rollo. En 1978 se inauguró el edificio que conocemos hoy día y que recibe el nombre de "Colegio de Educación de Infantil y Primaria Rufino Blanco".

Para saber más:

 C.H. fc 16/0919 Rev. 00