Plaza de Anaya

La Plaza de Anaya nació en 1811. El entonces jefe militar del ejército de ocupación francés en Salamanca, Paul Thiébault, hospedado en el palacio de Anaya, antiguo Colegio Mayor de San Bartolomé, ordenó el derribo de la manzana de casas que se levantaba entre la fachada de dicho palacio y el lado norte de la Catedral Nueva. Las casas, propiedad del Cabildo, formaban las calles de San Sebastián y de las Cadenas y su desaparición diezmó considerablemente la parroquia de la Catedral. El proyecto urbanístico fue apoyado por el obispo Tavira sin embargo el Cabildo Catedralicio nunca fue indemnizado por la pérdida de sus propiedades.
La Plaza de Anaya fue unas veces descampado terrero y otras bosque de acacias, a menudo muy tupido. En 1890, sufrió una ampliación al extenderse hasta ella la calle de la Rúa y desaparecer algunos solares antes edificados.
En 1932, con proyecto del arquitecto municipal D. Ricardo Pérez, se produjo la primera gran reforma de la plaza. El atrio de la Catedral se modificó para, sin perder la escalinata en su vértice, mostrar su muro paralelo a la fachada del palacio de Anaya. De esta forma pudo diseñarse un jardín rectangular en el que la estatua del Padre Cámara, colocada en 1910, ocupó un lugar preponderante.
La última gran reforma fue iniciada en 1972 y terminada en 1975, confirió a la plaza su aspecto actual. El arquitecto Víctor Caballero Ungría diseñó esta reforma en la que se establecieron las rasantes vigentes en la actualidad y un atrio paralelo a la fachada de la Catedral, rebajado en 60 centímetros, donde se sustituyó la escalinata en ángulo por una nueva escalera enfrentada a la puerta de Ramos.


Plaza de Anaya en el plano basado en
Francisco Coello de 1858 y en 2012
















La Iglesia de San Sebastián, la Gran Desconocida
Fotografía del Archivo del Centro Excursionista de Cataluña, 1897


A finales del siglo XIX, la pequeña y coqueta iglesia de San Sebastián se encontraba en un estado cercano a la ruina. La fotografía da testimonio de las reparaciones que, in extremis, la salvaron de desaparecer y que la destinaron a ser utilizada como parroquial de la Catedral. La falta del actual campanario metálico, construido por Moneo en 1903, y sobre todo la presencia de los andamios que rodean la cúpula barroca nos permiten datar la imagen en el verano de 1897. Hoy la iglesia sigue siendo una gran desconocida para propios y extraños, minimizada por el majestuoso entorno que la rodea. Sin embargo, sobre todo el interior, bien merece su contemplación.

Fue construida, entre 1730 y 1739, siguiendo las trazas de Alberto de Churriguera. Su propósito era sustituir a la vieja iglesia de San Sebastián, erigida en el siglo XII, que había sido entregada al Colegio Viejo de San Bartolomé (también conocido como de Anaya) al poco tiempo de su fundación a inicios del siglo XV. Esta primitiva iglesia estaba situada entre el caserío que ocupaba el solar de la plaza de Anaya y aunque seguramente se tuviera la intención de derribarla una vez consagrada la nueva, no debió de llevarse a cabo hasta el período de la ocupación de Salamanca por el ejército francés durante la Guerra de la Independencia, cuando el general Thiebault dictó la urbanización de la plaza. Por esta razón aún la encontramos situada, frente a la nueva iglesia, en el plano que dibujó en 1784 el arquitecto García de Quiñones. 
Con posterioridad a la construcción de la nueva iglesia barroca de San Sebastián se acometieron las reformas de la fachada y patio del Colegio de San Bartolomé, según planos de José de Hermosilla y bajo la dirección de obras de Juan de Sagarvinaga, que acabaron dando aspecto neoclásico al Palacio de Anaya.

Tras la supresión de los Colegios Universitarios en 1798, los edificios de la institución fueron reutilizados, pasando a ser palacio episcopal y luego residencia de generales y gobernadores franceses durante la ocupación. Hacia 1840 todo el Colegio de San Bartolomé, con las caballerizas y la capilla de San Sebastián, además de las diversas obras de arte en ellos contenidas, pasó a ser propiedad del Estado. El palacio de Anaya fue utilizado como sede del Colegio Científico, hasta su supresión en 1846. Más tarde, en 1848, se trasladó allí el Museo Provincial, compartiendo el edificio con el Gobierno Civil y ocasionalmente con otros organismos provinciales. Tras el traslado del museo al convento de San Esteban, el espacio liberado fue ocupado por la oficinas de Hacienda y Telégrafos, siendo utilizada la abandonada iglesia de San Sebastián como almacén de documentos y otros artículos, entre ellos de tabaco. El paso del tiempo y la falta de mantenimiento pasaron factura a la iglesia que según D. Modesto Falcón sufrió en 1858 el derrumbe de su espadaña causando la muerte de dos niños. La apertura de la calle de la Rúa hasta desembocar en la plaza de Anaya, con movimientos de tierras y materiales, perjudicó el estado de la capilla. La prensa de la época notificó la ocupación del rondín que rodeaba la iglesia, la construcción de paredes sobre sus muros y denunció el lamentable estado de abandono del entorno. En 1890 fue declarada en ruinas por el arquitecto municipal, indicando sobre todo el mal estado de la cúpula y de la linterna. Al año siguiente la prensa salmantina recoge la caída con gran estruendo de parte de su techumbre. 

Por intercesión del diputado D. Eloy Bullón y del obispo Padre Cámara, la capilla fue finalmente entregada a la diócesis por una Real Orden del 27 de junio de 1894. En junio de 1897 se iniciaron las obras de restauración, incluyendo un proyecto de espadaña realizado por D. Pedro Vidal, arquitecto municipal y diocesano, que finalmente no debió de realizarse, permaneciendo el frontón que vemos actualmente en un intento de acercar su estilo al del palacio de Anaya. Las obras comenzaron por la cúpula que amenazaba ruina y se concluyeron en el mes septiembre. Los trabajos continuaron en el interior y fueron interrumpidos en octubre. El templo no quedó preparado para ejercer su función religiosa y hubo que esperar a febrero de 1900 para reiniciar los trabajos. Las obras avanzaban con lentitud. Un trozo de las dependencias de Hacienda en el Colegio fue preparado para servir de sacristía de la nueva parroquia. En enero de 1902, la Academia de San Fernando devolvió el cuadro de San Sebastián, que hasta ese momento se custodiaba en el Museo Provincial, para volver a ocupar su espacio en el retablo. En Agosto de 1903 quedaba colocado el campanario y por fin en septiembre de 1903 fue dictado el decreto de traslación de la parroquia de la Catedral a la Iglesia de San Sebastián. Misión que continúa cumpliendo en la actualidad.


© C.H. fc 25/02/16 Rev. 00




El antiguo campanario de San Sebastián. Colegio de San Bartolomé
Grabado publicado por el Semanario Pintoresco Español el 14/01/1849 


Vagando por las hojas del magnífico libro de Mr. Conrad Kent, “Estampas de la ciudad de Salamanca", nos detenemos en el grabado de la página 127 que representa el Colegio de San Bartolomé (Palacio de Anaya). Fue realizado por Álvaro con dibujo de Eusebio de Letre y se publicó en la revista Semanario Pintoresco Español del día 14 de enero de 1849. La instructiva imagen muestra el viejo campanario de la iglesia de San Sebastián, un detalle que habíamos pasado por alto en anteriores y ligeras miradas y que viene muy a propósito de la entrada anterior. En aquella ocasión comentábamos las reparaciones que fue preciso realizar a finales del siglo XIX para convertirla en parroquial de la Catedral. Las obras prácticamente culminaron con la colocación de un nuevo campanario en 1903 construido por Moneo. El anterior campanario, que ahora podemos ver en el dibujo, se incluía dentro de la espadaña de la iglesia y según D. Modesto Falcón sufrió en 1858 un derrumbe que causó la muerte de dos niños. 
La espadaña fue eliminada y sustituida por un frontón triangular que luce en la actualidad, a pesar del proyecto que en 1897 el Sr. Vidal, arquitecto municipal y diocesano, había realizado para su reconstrucción.


© C.H. fc 05/05/16 Rev. 01(02/10/18)





La torre de las campanas de la Catedral
José Ortiz-Echagüe, años 30 del siglo XX


Es innegable el aspecto pictórico de la imagen, de escena puntillista, casi de ensueño. La desaparecida escalinata parece exigirnos el ascenso al atrio de la Catedral que, más que nunca, exhibe su formidable magnitud. La esfera del reloj permanece atrapada entre las ventanas ciegas del inmenso zócalo cuadrado ideado por el ingeniero Dreventon, para soportar el campanario, el ochavo, la cúpula y la linterna que imaginara Pantaleón Pontón a principios del siglo XVIII y que ocultó en su interior, para no volverse a ver, la torre románica del siglo XIII, demasiado débil para soportar el peso de tal remate pétreo y la embestida del terremoto de Lisboa.
La onírica imagen fue publicada en el libro "España, Pueblos y Paisajes" (1939) de José Ortiz Echagüe. Este fotógrafo aficionado, ingeniero de profesión, fue considerado uno de los mejores fotógrafos españoles, sino el mejor, de la primera mitad del siglo XX. A pesar de que él no estaba de acuerdo con la clasificación, se le encuadró en la corriente fotográfica del pictorialismo, cuya objetivo era alcanzar el status de arte para la fotografía, creando técnicas y efectos que la acercasen a la pintura.


© C.H. fc 26/12/15 Rev. 00





Las torres de la Clerecía desde la Catedral
1932 Autor desconocido


Hubo un tiempo en el que la calle de la Rúa no alcanzaba este punto. En su trazado original giraba ligeramente a la altura de la calle del Jesús para dirigirse hacia la plaza de San Isidro y la calle Serranos recorriendo lo que hoy llamamos, con razón, Rúa Antigua. Fue en 1890 cuando, tras largas polémicas, negociaciones y litigios, pudieron derribarse las últimas casas, corrales y jardines que cerraban el acceso a la plaza de Anaya. En 1891, casi de inmediato a que la calle quedara abierta y urbanizada, D. Bernardo Martín construyó, con planos de D. Joaquín de Vargas y Aguirre, la hermosa casa de estilo ecléctico de chaflán redondeado. Pronto nuevas edificaciones se levantaron en toda la prolongación de la calle. 
A los derribos y a la urbanización sobrevivió la casa, sin duda del siglo XVI, situada entre la calle de la Rúa y la de Francisco Vitoria, cuya fachada principal miraba a esta última calle. La pared accesoria, que ahora ofrecía su vista a la plaza de Anaya, siempre estuvo situada en un callejón sin salida que recibió el nombre calle cerrada de San Isidro y que todavía podemos ver en los diversos planos del siglo XIX. Sin duda por razones de ornato la pared fue decorada con la antigua técnica de esgrafiado, vuelta a la actualidad a finales del siglo XIX y principios del XX de la mano del modernismo y posteriormente embellecida con un pequeño jardín con valla. Fue finalmente derribada hacia 1950 y sustituida por el edificio actual en chaflán de estilo historicista de postguerra.
Entre 1948-1951 también desaparecieron las casas de la calle Francisco Vitoria entre el edificio universitario y la calle de la Fe que dejaron el solar para la construcción de la Facultad de Derecho, hoy facultad de traducción, con diseño de D. Genaro de No.
La hermosísima fotografía de la Colección del Centro de Documentación Alemana para la Historia del Arte deja constancia de estos cambios durante el siglo XX.


© C.H. fc 21/04/16 Rev. 00




Catedral y Plaza de Anaya. Autor desconocido, anterior a 1874

Magnífica fotografía realizada desde la torre de sur de la Clerecía. Aunque atribuida a Venancio Gombau, tenemos nuestras dudas ya que una observación detallada demuestra que en el edificio universitario aún no se han ejecutado las obras de ampliación con un segundo piso que realizó el arquitecto Secall a partir de 1874. Gombau nació en 1861 y no vino a Salamanca hasta que su cuñado José Oliván se estableció en 1881, tal vez esta foto le pillara un tanto joven. Tampoco está abierto el último tramo de la calle de la Rúa, realizado en 1890 con el polémico derribo de los edificios de "la Corneja".
Nuestro compañero E. Huebra nos hace reparar en el parecido entre la foto anterior y las que obtuvo Charles Clifford en 1853 publicadas en Photografias: [Salamanca y Ávila: expedición de 1853] y mostradas a continuación.

Vista de la Catedral Nueva. Charles Clifford 1853

Torre de la Catedral Nueva. Charles Clifford 1853

Aunque el aspecto general de las fotos de la excursión difiere mucho de la fotografía de autor desconocido, hay que reconocer que no se aprecian grandes diferencias entre ellas. Desde luego se obtuvieron desde la torre sur de la Clerecía, la perspectiva parece  idéntica y los detalles urbanísticos las sitúan muy próximas en el tiempo. Podría tratarse de una repetición de la misma fotografía, como hizo con otras, en la segunda visita de Clifford en el 58. Esto podría explicar su aspecto diferente ya que con bastante seguridad usaba calotipo en el 53, mientras que en el 58 había pasado a usar colodión húmedo.
Pero lo cierto es que, hasta donde podemos discernir, también podría ser obra de Laurent o de Hebert en sus vistas de mediados de los 60.



Catedral y Plaza de Anaya. Laurent y Cia 1877

En esta fotografía de Laurent y Cía. 1877 las obras del edificio universitario están muy avanzadas pero no concluidas, como atestigua la grúa en el edificio y las piedras junto a la escalera del atrio de la Catedral que hemos ampliado en esta fotografía.




Vista de La Plaza de Anaya 1889, Venancio Gombau


En esta fotografía de Venancio Gombau de 1889, el edificio universitario está terminado pero aún no se ha abierto el último tramo de la rúa.






Obras en la plaza de Anaya. 
Autor desconocido 1932. (CDAHA)


"No sorprendió a nuestro fotógrafo alemán la obra abierta en la plaza de Anaya. Había visto otras obras de urbanización en el Patio de Escuelas y en Calatrava. Se notaba una gran actividad en la ciudad. Lejos de molestarse, pensó que, tal vez, dentro de cien años alguien podría ver estas obras y sería gracias a él."
Pero el fotógrafo nunca supo que, con estas obras, la ciudad luchaba contra el paro. En la misma forma que muchos años antes lo había hecho el P. Cámara con sus obras. Su estatua contempla ahora los trabajos. ¡Poco había cambiado!
Un decreto del 18 de julio de 1932, concedió a los Ayuntamientos la facultad de financiar obras con cargo a la décima sobre las contribuciones del Estado como medida de lucha contra el paro. Este decreto permitió al Ayuntamiento de Salamanca la ejecución de obras como esta, llevada a cabo en el atrio de la Catedral y la plaza de Anaya, para alivio de unas cuantas familias de obreros y disfrute de todos


© C.H. fc 26/11/14 Rev. 00





Reforma de la Plaza de Anaya de 1932
Autor desconocido (foto del CDAHA)


Esta es otra magnífica imagen de la reforma que se realizó en la plaza de Anaya en 1932 bajo el proyecto del arquitecto municipal D. Ricardo Pérez y cuya financiación se llevó a cabo mediante el Decreto del 18 de julio de 1932 que facultó a los Ayuntamientos a percibir la "Décima del Paro Obrero", un recargo de diez por ciento sobre la riqueza rústica e industrial. La medida estaba dirigida a aliviar el profundo paro que oprimía al país en esos momentos. La gran depresión, iniciada con el crack de 1929, que sacudía Europa y Estados Unidos repercutió también en España, fundamentalmente en la construcción e industrias subsidiarias y afectó negativamente a las condiciones de empleo en otros sectores. La crisis había acabado con la dictadura "monárquica" del general Primo de Rivera y fue un gran hándicap para la recién nacida Segunda República Española, no pudo considerarse terminada hasta después de la Segunda Guerra Mundial y en España muchos años más tarde.

La reforma contemplaba la modificación del atrio de la catedral dejando su muro paralelo a la fachada del Palacio de Anaya. La puerta Norte, hasta ese momento tapiada y elevada respecto al suelo, quedaría accesible desde el nuevo atrio. El espacio de la plaza de Anaya, convertido en rectangular, permitió el diseño de un jardín regular, con parterres que formaban calles que situaban en un lugar privilegiado la estatua del Padre Cámara.

En la fotografía se aprecian las obras que se realizaban en el cimborrio barroco de la catedral nueva y a la izquierda se encuentra la casa adosada a la Catedral que había pertenecido a la familia Lamamié de Clairac y que tras ejercer como colegio de religiosas fue derribada en 1966 para la construcción del Teatro y Aula Juan del Encina. Su solar fue ocupado fundamentalmente por el jardín privado del teatro y durante la exposición "Las Edades del Hombre" en 1993 y 1994 fue eliminado permitiendo la apertura de la nueva calle Rondín de las Edades del Hombre que dejó expeditas las Catedrales.


© C.H. fc 11/01/16 Rev. 00



La construcción del Aula Juan del Enzina (Anayita)
San Esteban desde el atrio del Catedral Nueva
Fotografía de Otto Lehmann-Brockhaus, 1966 
Bibliotheca Hertziana

No es difícil pensar, al ver esta fotografía, que alguno de los "delirios" urbanísticos que el arquitecto Víctor D'Ors ideó para Salamanca pudieran haber sido viables. Los planteamientos de D'Ors, encargado tras la Guerra Civil de la redacción del Plan General de Urbanización de Salamanca, pretendían eliminar todo aquello que estorbase la visión de los conjuntos monumentales convirtiendo la parte antigua de la ciudad en un enorme escenario donde mostrar las edificaciones de gloriosas épocas pasadas como si de una ciudad museo se tratara. 
Cuando fue tomada esta fotografía, en el verano de 1966, habían sido derribados, tras su compra por la Universidad, todos los edificios entre la plaza de Anaya, las calles del Tostado y del Silencio hasta la Catedral Nueva. La inusual y efímera vista permitía vislumbrar uno de aquellos proyectos frustrados del Sr. D'Ors con el que se presumía poder conectar la plaza de Anaya y la iglesia de San Esteban por medio de una amplio paseo. 
Sin embargo, las obras no obedecían a este fin sino que ejecutaban el proyecto, gestado desde 1953, de construir el Colegio Mayor Femenino de Santa María de los Ángeles. En el proyecto, obra de D. Fernando Población, se incluía la colocación de elementos arquitectónicos del Colegio de Huérfanos y del Colegio Menor de Santa Mª de los Ángeles, que afortunadamente no llegaron a utilizarse. 
La carencia de aulas en la Facultad Filosofía y Letras, situada en el palacio de Anaya, obligó a la Universidad a modificar el proyecto y transformar el nuevo edificio en aulario de esta Facultad. El propio D. Fernando Población lo reformó, eliminando la tercera planta prevista y definiendo la nueva estructura del edificio: cuatro plantas, dos de ellas subterráneas, 16 aulas en las planta inferiores y un teatro de amplio escenario con camerinos, talleres y almacenes. Pronto recibió el nombre de Anayita.
En el curso 1971-72, se reformó el teatro, iniciándose entonces la andadura de la Cátedra y Teatro Juan del Enzina bajo la iniciativa de D. Fernando Lázaro Carreter. Durante más de 30 años, esta institución se convirtió en un referente en el arte dramático de vanguardia y experimental a nivel nacional. En 2002 el mal estado del edificio obligó a su cierre y no fue hasta el año 2007 cuando las obras de reforma integral del edificio permitieron volver a levantar el telón.

Para saber más: La Universidad de Salamanca de la Posguerra a la Actualidad de Dª. Sara Cañizal Sardón.

© C.H. fc 16/05/16 Rev. 00